En agosto de 1602 llego a la nueva España (México) un grupo de padres Dominicos los cuales fueron fundadores de un seminario católico llamada la “Puerta del Cielo” tuvieron en ese seminario un crucifijo de tamaño natural con la imagen de Jesús de una blancura impresionante.
Cuenta la leyenda que un sacerdote hacia oración ante la imagen y al final besaba los pies. Un día confeso a un hombre que había robado y matado ante la confesión de este delito, el religioso dijo que para obtener la absolución debía devolver lo robado y se entregara a la justicia. Este hombre no quería hacerlo, enojado le puso veneno a los pies del Cristo que besaba el sacerdote y al terminar sus funciones fue a orar como siempre y al besar los pies la imagen se recogió (subió los pies) salvando al sacerdote y absorbió todo el veneno hasta cambiar su color a negro, el villano se encontraba viendo y se sorprendió tanto que se fue a entregar a las autoridades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario